Dos serios problemas tendrá que atender a la mayor brevedad posible y sin más dilaciones el Gobierno Departamental a instancias de las dependencias cuyas misiones corresponde ocuparse de tales problemas sin esperar que sea la gobernadora la que tenga que salir a poner la cara como se ha vuelto costumbre últimamente en la actual administración.
Por un lado el tema de la caótica situación de movilidad en la ciudad que cada día se convierte en un asunto bastante complejo por la excesiva anarquía por la ocupación absoluta de las vías públicas por parte de negocios de alquiler que ya sin pudor ejercen su actividad apoderándose de los corredores viales para ofrecer sus “productos” a los turistas en forma no tan clandestina como si parecen ser tales negocios que seguramente ni registro mercantil poseen y mucho menos locales donde funcionar.
En la Zona Rosa los alquiladeros de carros turísticos, tipo golf, tienen capturadas avenidas enteras, lo mismo que las bahías publicas de parqueo de los edificios, las cuales prácticamente han colonizado y donde nadie más que ellos pueden parquear, para lo cual bloquean la zona en forma desordenada con motocicletas para reservarle el espacio a sus vehículos de alquiler. Ninguna autoridad, ni siquiera las propias administraciones de las edificaciones controlan el asunto o siquiera les llaman la atención a tales negociantes que se lucran a costa de la invasión al espacio público. La misma escena se repite a lo largo de la Avenida Colon, en la Duarte Blum, incluso en arterias como Las Américas y la 20 de Julio, mientras que otros empresarios si pagan alquiler y tienen legalizado el funcionamiento de sus alquiladeros.
En otras zonas como en la Providencia entre la Colon y el Round Point de Las Américas, a lado y lado de la vía parquean vans, camionetas, vehículos y motos, quedando un estrecho corredor vial en el centro de la carretera para la circulación. Esta caótica situación ofreció enfrentar la Secretaria de Movilidad, cuya labor hasta ahora no demuestra la razón de su reciente creación. Las zonas azules de parqueo, los parqueaderos y la liberación de las vías, son acciones alternas que deben articularse para mejorar nuestra movilidad.
El otro tema gubernamental que se está volviendo recurrente es la llegada y colonización de los cayos Johnie Cay y Acuario por parte de particulares e incluso funcionarios públicos o familiares suyos, tanto raizales como residentes que han empezado a llegar a esos balnearios a ejercer actividades laborales o comerciales, desplazando a los operarios que ya están previamente establecidos en estos sitios y que gozan de carnetización y pagan sus derechos a Coralina y la Gobernación pero que se están viendo afectados por esta especie de colonización foránea.
La situación que varios operarios de ambos balnearios le han denunciado a esta redacción ya ha generado riñas, disputas y enfrentamiento y hechos de sangre que están dando un mal aspecto a turistas y residentes que usan estos sitios para el solaz y la tranquilidad.
El Gobierno y Coralina como administradora de estos parques naturales están obligados a evitar que la sobrepoblación que caracteriza a San Andrés se traslade a estos sitios turísticos con las respectivas consecuencias del caso.