En el aeropuerto de San Andrés se dañó el escáner hace dos meses y la Aerocivil está muda. Después de dos horas de espera en Bogotá mientras las autoridades realizan los controles a las maletas, luego dos horas de viaje para llegar a San Andrés y tener que esperar otra hora y media mientras una por una son requisadas de los viajeros a quien se les expone sus ropas interiores, sus regalos a sus seres queridos, sus objetos personales que deben ser vistos por todos los que los acompañan en la fila mientras que los agentes cumplen su labor de revisar las valijas, con el máximo cuidado, mientras los turistas se caen de cansancio y de sueño.
“Que pesar que san Andrés no tenga escáner”, dijo una turista, pero la vecina de la fila la corrigió: “Si hay escáner pero está dañado hace dos meses y la Aeronáutica Civil no ha dado muestras de arreglarlo porque solo colocaron un letrero de ‘fuera de servicio’ y así se quedó”.
El malestar se generaliza, porque un proceso de recepción de maletas que no pasa de 15 minutos se vuelve pesado y ‘eterno’ cuando lo precede un día de viaje nada fácil.
Por eso entre los turistas se analiza y se califica la situación como algo insólito porque para ellos pagar $52 mil pesos por la tarjeta de turismo les debe garantizar al menos un trato digno y amable.














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