Ya antes le habían disparado en un forcejeo por evitar que le hurtaran las joyas. Francisco Javier Bow Watson, un moto taxista, víctima de un presunto sicario el pasado martes 5 de agosto, ya había sido víctima de disparos el 9 de junio de 2013, cuando departía con amigos en una reunión programada por allegados suyos en el sector de Las Proveedoras de San Andrés.
Ese día llegaron hasta el sitio de la fiesta, cuatro jóvenes que quisieron hurtarle unas cadenas de plata que portaba, Francisco Javier quien entonces era marino de una motonave de cabotaje, se defendió lanzando un puño a su agresor. En ese momento un hombre -identificado como Blackstone Jimmy Muriel Forbes, a quien la Policía capturó y puso a disposición de las autoridades pertinentes- disparó tres veces contra la víctima del hurto, hiriéndolo en las piernas y en el pecho, con alto grado de gravedad que pudo superar gracias a la oportuna intervención de los médicos del Hospital Regional.
Pero quedó mal físicamente y no pudo volver a embarcarse a realizar labores de pesca y cabotaje y entonces, para ganarse la vida recurrió al mototaxismo, oficio que desempeñó hasta la hora de su muerte. La incapacidad médica definitiva a la víctima fue de 140 días, que de acuerdo con las normas penales daba cárcel para el victimario, pero extrañamente Francisco Javier se retractó, retiró los cargos y el agresor quedó en libertad.
Sin embargo, cuentan algunos testigos que antes de retirarse de la sala de audiencias, los dos hombres se enfrentaron y hubo un cruce de amenazas que simplemente quedaron en ese nivel.
En la noche del pasado martes, Francisco Javier, pasó minutos antes de su muerte, por su sitio de residencia y avisó que pronto vendría a comer porque tenía ‘filo’, según el relato de testigos. Dejó una bolsa con algo de comida y arrancó seguramente con la idea de hacer otras carreras para reunir los recursos para los gastos del día siguiente.
Pero nunca regresó. A esa casa solo llegó la triste noticia de que lo habían atacado sicarios y sin dejarlo parar la motocicleta, le dispararon a quema ropa desde otra motocicleta en movimiento.
Francisco Javier, que se había salvado de la muerte hace 14 meses, no logró sobrevivir esta vez y dejó sumida en la tristeza a su familia y conmovida a la comunidad sanandresana que no se recupera de la angustia de un acto sicarial cuando ocurre otro peor sin que las autoridades tengan tiempo de actuar para controlar la problemática de intolerancia, venganzas, ajustes de cuentas y todo en medio del silencio cómplice de la ciudadanía que, a pesar de ver quien comete los delitos, se calla y deja que siga ocurriendo esta barbarie, hasta que, Dios no lo quiera, ‘la muerte toque a su puerta’, como dijo el comandante de Policía, coronel Luis Aníbal Gómez, al ser entrevistado por periodistas.