La economía del rebusque tiene sus curiosidades. Quien se somete a ella, debe ofrecerse al público en búsqueda de los pesos que le sostienen. Tal es el caso del único hombre que ofrece una imagen de pirata como símbolo de lo que fue y sigue siendo en estas tierras de ultramar punto geo estratégico. Se trata de José Félix Rivas Herrera un joven isleño de apenas 28 años de edad, residente en el barrio ‘La Jungla’ de esta isla quien se convierte diariamente en una estatua pirata viviente que se mueve en ocasiones a ritmo sincrónicamente robotizado para convertirse en otro atractivo turístico más de la avenida ‘Peatonal’.
Su arte ‘Iriático’ practicado milenariamente por los chinos para poder concentrarse, es el utilizado por este joven isleño que estudió en ‘Bellas Artes’ en la ciudad de Cartagena. Arte del que es el protagonista de su propio espectáculo con el cual obtiene diariamente una cifra considerable en dinero que los turistas introducen en una caja que se encuentra en frente a él. Los visitantes se toman fotos en su compañía y se divierten al lado de un pirata que ni siquiera espabila, debe permanecer estático, y cuando se mueve debe desarrollar ciertos movimientos de acción pirata en combate pero de manera sincronizada y robotizada. Es difícil sacarle una palabra su papel se lo impide y el arte que practica también. Sin embargo pudimos extraerle uno que otro dato. Y, José Félix, sigue representando la figura del pirata que aunque muchos piensan que se extinguió, aún sigue viva en la economía de las islas en su versión moderna y en altamar. Entre tanto que José Félix, lo hace en tierra firme y para el deleite de los visitantes. El ingenio de la gente da para todo en el arte de la economía del rebusque.