Un tremendo susto se llevaron los pasajeros del vuelo de Copa Air que volaba entre Cartagena y San Andrés el pasado lunes 17 de septiembre cuando una fuerte tormenta eléctrica impidió que la aeronave aterrizara en el aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla.
La nave debía aterrizar hacia la una y media de la tarde, pero cuando ya se disponía a aproximarse al aeródromo local, la tripulación del vuelo notificó a los pasajeros que se desviaría hacia Nicaragua por que era imposible aterrizar en el terminal aéreo.
Como si se tratara de una conspiración de la naturaleza contra la ya afectada soberanía de Colombia sobre las islas y a favor de Nicaragua, los centenares de ciudadanos colombianos, muchos de ellos nativos y residentes del archipiélago, terminaron por asuntos del azar en la capital del país del que poco quieren saber por estos días.
Y es que ese día mientras la Canciller de Colombia María Ángela Holguín Cuellar socializaba en San Andrés la estrategia de Colombia para hacer frente al fallo de la Corte Internacional de Justicia que favoreció a Nicaragua, cayó sobre San Andrés un torrencial aguacero de más de cuatro horas que provocó fuertes inundaciones en barrios periféricos, ubicados en zonas bajo el nivel del mar, en vías y áreas públicas que colapsaron la ciudad.
Los periodistas de The Archipiélago Press, Edgar Villarreal y Hugo Cabarcas se encontraban entre los pasajeros del vuelo y fueron testigos del susto y de la experiencia de terminar en Managua por cuenta de la naturaleza.
“Bueno lo que si debemos decir es que Managua está más cerca y se llega más rápido que desde cualquier ciudad de Colombia. En 45 minutos desde cuando nos desviamos a Nicaragua, luego de sobrevolar San Andrés, ya estábamos aterrizando en el Aeropuerto Augusto Sandino de Managua”, narró Cabarcas.
Cabarcas viajaba al lado de una mujer de avanzada edad, la cual viajaba por primera vez y venía a San Andrés como turista. De ella le llamo la atención no solo la angustia y zozobra por el tremendo susto que experimentaron los viajeros que gritaban y oraban, sino que además resumió el sentimiento de los colombianos hacía el Presidente nicaragüense Daniel Ortega. “Huy chino, y después de ese tremendo susto ahora nos desvían para Nicaragua, para aguantarnos a ese señor”, reprochó refiriéndose al declarado enemigo de la soberanía de Colombia sobre las áreas marinas y territoriales del archipiélago de San Andrés y Providencia.