Al mediodía y cuando llueve es casi imposible conseguir transporte. No vale de nada estirar la mano, pasan los carros y las motos de largo, al parecer tienen clientes fijos o simplemente la lluvia o la distancia los desmotiva a llevar pasajeros al mediodía y en las noches. Waldrin Mitchell, usuario de transporte: “Las rutas de buses se demoran demasiado en pasar para recoger personas y dependiendo del recorrido se demoran entre 15 y 30 minutos, en ocasiones es pesado y toca con mototaxi. Se puede solucionar, sólo es cuestión de organizarse.” Sandra Altamiranda, usuaria de transporte: “Yo tengo que coger tres buses, primero un Loma, después un Cove y luego un Barrack para poder llegar a mi casa y duro más o menos 35 minutos para llegar a Altos de la Paz, que es donde vivo actualmente.” Flor Pérez, usuaria de transporte: “Pedimos que mejore el transporte público, sobre todo en las horas de la noche y cuando llueve. Hace poco quería llegar a mi casa en la noche y tardé como tres horas para poder llegar a la Loma.” La esquina de la avenida 20 de Julio con Américas es donde mayormente se concentran los usuarios frustrados quienes se dan cuenta que ya son las tres de la tarde y deben ir a trabajar sin poder ir a sus casas.
Por: Daniel Newball H.
Justo cuando desde el Gobierno Local se viene planteando un plan de seguridad vial y la promoción de la implementación de un plan para mejorar el transporte público en la isla de San Andrés, los transeúntes ahora manifiestan sus quejas de forma vehemente ya que conseguir transporte público se ha convertido en un auténtico problema.
Son las 12 del mediodía y ahora sin importar si llueve o no, conseguir un transporte que nos lleve a casa es casi imposible, posiblemente por retenes o simplemente porque se han implementado acciones que frenan que algunos transportistas, en especial mototaxistas, salgan a las calles por temor a ser sancionados.
Los taxistas, que son los que mayormente expresan su voz de inconformismo por la forma como los mototaxistas les han arrebatado clientes entre la población residente, brillan por su ausencia de las calles sin que haya intervención alguna por parte de las autoridades para solucionar el problema.
Y los conductores de buses no se quedan atrás, muchas veces, y sin remedio, los transeúntes, tal y como lo pudo detectar este semanario, deben subirse a los buses al punto del rebose con incomodidades propias de un vehículo de transporte masivo colmatado.
“Es un verdadero problema, así no se puede vivir. Salimos del trabajo para ir a la casa a descansar y prácticamente pasamos todo el tiempo esperando el transporte.
“No nos queda más remedio que almorzar por ahí y esperar en algún sitio particular hasta que llegue la hora de entrar al trabajo nuevamente porque el tiempo se pierde completamente esperando el bus.
“Es hora de que el Gobierno Local implemente algo al respecto porque la verdad esta situación cada vez se pone más complicada para nosotros, en especial para la clase trabajadora”, indicó, quien labora en una perfumería local y se disponía a llevar el mercado a casa aprovechando el “break” entre horarios que tuvo.
El pasado mes de septiembre, el Superintendente de Puertos y Transportes, Juan Miguel Durán, junto con el secretario de Movilidad, Daniel Pechthalt, dieron a conocer rigurosas medidas para hacer cumplir el Plan de Movilidad del archipiélago.
El superintendente dijo que vino a mirar los avances en materia de tránsito y transporte de la isla frente al ‘Plan de mejoramiento integral’ que ya está en curso como el censo automotor, el proyecto que pretende implementar un sistema único de transporte público y diversos operativos para el cumplimiento de las normas de tránsito.
Pero no solo el análisis de estos avances se discutieron en dicha reunión, sino también la adopción nuevamente de las ya conocidas medidas por la población que en buena parte han quedado en desuso como el uso de cascos y chalecos anti-reflectivos, el uso de placas y licencias de conducir y, además, los controles de alcoholemia.
Un reciente caso reveló que en las horas nocturnas es prácticamente imposible para una persona que vive en un sector lejano como Morris Landing, San Luis o la Loma poder transportarse por lo que se requiere de una solución pronta.
Por el momento, la única solución viable es la consecución de un amigo que transporte a las personas hacia sus destinos o que simplemente la divina providencia se apiade de quienes hoy día padecen de un medio de transporte que, de por sí, el censo automotor de la isla ya se encuentra colmatado.