Este lunes 20 de octubre de 2014 se realizó una audiencia de Pacto de Cumplimiento en el Tribunal Contencioso Administrativo desde las 8:30 de la mañana, dentro de una acción popular incoada por la Procuraduria Delegada para Asuntos Ambientales y Agrarios contra el Ministerio de Minas y Energía, Sopesa, Eedas, Gobernación del Departamento y Coralina con relación a la demora en la entrada en funcionamiento de la Planta de Residuos Honorables Magistrados.
Aunque aún no ha trascendido los resultados de esa audiencia que al cierre de esta edición aún se llevaba a cabo, The Archipiélago Press supo que el Tribunal Contencioso Administrativo de San Andrés, Providencia y Santa Catalina Islas, a instancias del Magistrado Ponente José María Mow Herrera, dentro de la Radicación Expediente: 88-001-23-33-000-2014-00040-00 por el Proceso de Acción Popular de la referencia, aceptó la coadyuvancia a favor de la acción de la Procuraduría Ambiental de San Andrés Islas, por parte del Zar Anticorrupción Ciudadano y Veedor, Leandro pájaro Balseiro, quien pidió se le incluyera dentro de los Derechos e Intereses Colectivos clamados, el de la Moralidad Administrativa.
De acuerdo con Pájaro Balseiro, resulta importante señalar que la jurisprudencia constitucional y contencioso administrativa han señalado que el derecho colectivo a la moralidad administrativa puede resultar vulnerado o amenazado cuando se verifiquen varios supuestos, la buena fe, la ética, la honestidad, la satisfacción del interés general, la negación de la corrupción, entre otros; y habrá lugar a que se configure de forma real su afectación, si se prueba el acaecimiento de una acción u omisión, de quienes ejercen funciones administrativas, con capacidad para producir una vulneración o amenaza de dichos bienes jurídicos, que se genera a causa del desconocimiento de ciertos parámetros éticos y morales sobre los cuales los asociados asienten en su aplicación».
“Consideramos que los hechos denunciados dentro de la demanda, son altamente reprochables, toda vez que denotan un menosprecio por los derechos e intereses colectivos clamados, cuyo respeto es el propósito de las empresas prestadoras de servicios públicos y de las autoridades involucradas: para propender por el bienestar de la comunidad y el mejoramiento de su calidad de vida, de aquí, la destinación de esa considerable cantidad de dinero asignada por el Gobierno Nacional y su indebida ejecución, además de la omisión en el cumplimiento de los deberes funcionales de los accionados, habrán de ocasionar detrimento patrimonial, no solamente económico, sino también ambiental, arrastrando, de paso, los subsecuentes derechos a la seguridad y salubridad pública, configurándose, de facto, una evidente vulneración al Derecho e Interés Colectivo a la Moralidad Administrativa.”
Lo que busca la Acción Popular es que la multimillonaria inversión ejecutada por el Ministerio de Minas y Energía, Ministerio de Medio Ambiente, Sopesa y Gobernación del Departamento para la eliminación de miles de toneladas de basuras y generación de energía a partir de ese proceso, se ponga a funcionar de una vez por todas.
Para atenuar la saturación de basura en el botadero Magic Garden y darle un empuje a la comunidad frente al tratamiento de los residuos sólidos, que produce sin mesura, la empresa de energía de San Andrés y Providencia, Sopesa, por medio de su nueva planta incineradora planeaba estrenar en el primer trimestre del 2012, el inicio de operaciones para quemar la basura vieja y nueva que ingresara al relleno y de paso contribuirá al desahogo de la problemática ambiental del Archipiélago.
La planta, totalmente automatizada y considerada además, la más grande del país, convertirá las 800 toneladas de residuos ordinarios que el relleno recibe al año, a 80 toneladas, lo que acabará con la montaña de basura vieja que reposa en el relleno, en los próximos 15 años, mientras gradualmente incinera la nueva. La idea es que “cuando ingresen los camiones de Trash Buster, se pesan las toneladas por día que traen, se lanzan al foso, luego pasan por el puente grúa y una mano toma y distribuye la basura nueva y la vieja en los dos incineradores o hornos rotatorios, que las pasan a través de una banda seleccionadora que convertirá finalmente la basura en cenizas”