Antonio Colmenares Martínez
El senador Lidio García propuso una modificación a la Constitución para permitir que el Archipiélago de San Andrés y Providencia pueda tener un senador. Generosa posición de García de aumentar la representación isleña en el congreso, pero cuesta aceptar que haga falta ayuda a los representantes a la Cámara, quienes ante la difícil situación de violencia, de la que no han escapado ni los turistas extranjeros, se han mantenido al margen. ¿Quién escuchó una posición fuerte, decidida, contundente de los congresistas isleños para controlar el desorden social que protagonizan los tentáculos de mafias narcotraficantes que ocasionan muertes selectivas, o a los delincuentes que matan y hieren por quitarle las pertenencias a los residentes y turistas?
Ellos que, como dicen en la Guajira, son los ‘palabreros’ de los habitantes de esta zona insular, no fueron los que tocaron a la puerta del Director de la Policía para que viniera y se apersonara de la corrección en los esquemas de la institución. No. Con justicia se debe decir que fue la prensa nacional la que movió al presidente y de ahí para abajo a todos los funcionarios para no dejar a las islas a su suerte. No se puede desconocer que han desarrollado ejecutorias positivas en otros aspectos, pero en lo referente a lo que debió ser un ‘plan de choque’ eran ellos los representantes de las islas en el Congreso y con las autoridades ‘a la mano’, quienes debieron y deben liderar que se garantice la seguridad, antes de presentar cualquiera otra proposición. Pero no han estado en la línea de representatividad efectiva, han sido, a lo sumo, otros espectadores, mientras la imagen del destino turístico se deteriora.
Entonces, desde ese punto de vista, no haría falta pagar con el erario nacional otro costoso salario, por resultados que por experiencia se sabe que no han sido fructíferos.
Para el senador García con un senador se lograrían proyectos para el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de las islas de San Andrés y Providencia y otras zonas insulares, pero si se califica por lo logrado por los representantes a la Cámara, es muy poco lo que se podría lograr.
Y no es cuestión de ‘pañas’ y raizales porque tanto los unos como los otros han estado y están representados en el Congreso y la situación no es mejor y de esto hay pruebas, muchas pruebas. Según García “San Andrés tiene que ser una prioridad para todos los colombianos. En mi caso, como el Senador más votado por los isleños, trabajaré desde el Congreso por nuestro archipiélago”, dijo de buena fe el congresista, que no ha vivido en las islas, solo ha recibido los votos pero de la cruda realidad política, sabe muy poco.