Por: Daniel Newball H.
Desde la privilegiada visión que me ofrece la panorámica del Harboru View, justo en la parte superior de Perry Hill, he podido observar el verdadero calvario por el que atraviesan decenas de barcos de gran calado para poder ingresar al muelle de la isla de San Andrés.
Todo parece indicar que no existe más remedio que el de realizar un dragado urgente para que las embarcaciones, que en su mayoría traen consigo grandes cargamentos que comprenden entre comida y medios de transporte, puedan hacer su ingreso sin verse obligados a encallar sin remedio en las aguas de poca profundidad que ofrece en el momento el canal de acceso.
Según pude establecer con resultado de estudios efectuados en esa zona de la isla, las arenas, al igual que en las playas de Sprat Bight, tienen movimientos que se efectúan de la misma manera como se comportan las mareas.
Hay que recordar que los efectos del célebremente conocido calentamiento global ya se están sintiendo en la isla de San Andrés y los efectos han tenido injerencia sobre la profundidad del canal de acceso que todos los días se ve reducida. Los barcos, según pude observar, hacen maniobras difíciles para poder ingresar a la bahía de San Andrés y, en muchas ocasiones, no encuentran una forma rentable de entrar sino muchas horas e inclusive días después. Si del Gobierno Nacional anuncian inversiones para realizar el dragado de esta zona de la isla de modo que puedan incursionar embarcaciones de gran calado en el área, es necesario que estas gestiones e inversiones empiecen a ejecutarse en el corto plazo para salir de la crítica situación.
Ahora bien, tenemos el antecedente histórico de las operaciones realizadas hace unos 50 años y que estuvieron encaminadas a crear zonas de mayor profundidad para las embarcaciones de gran calado para asumir el reto del Puerto Libre y la creación de un malecón que hoy día disfrutamos y que conocemos como la Avenida Newball. Es de tener en cuenta que las operaciones de dragado, eliminación de materiales, desarrollo de la zona playera, mayor tránsito marítimo y vehicular en el puerto, pueden resultar en la liberación de contaminantes naturales y antropogénicos en el medio ambiente.
Puesto que existen numerosos métodos de dragado, eliminación de materiales y construcción, para el establecimiento de instalaciones en puertos y bahías, variarán las combinaciones de efectos físicos, químicos y biológicos sobre el medio de interés. Y ojo con esto. Las actividades de dragado y eliminación de los materiales dragados para el desarrollo y mantenimiento de los puertos, puede inducir impactos a corto y largo alcance sobre los sistemas acuáticos como la degradación de tales recursos marinos como playas, esteros, arrecifes de coral, y pesquerías, re suspensión y asentamiento del sedimento, separación de contaminantes tóxicos y reintroducción en la columna de agua, ingestión y acumulación de contaminantes en peces y mariscos, mayor turbiedad ocasionando una disminución a corto plazo del nivel del oxígeno disuelto, modificación de la batimetría, ocasionando cambios en la circulación posible intrusión del agua salada en las aguas subterráneas y superficiales en el interior, alteración en la diversidad de las especies y estructuras de las comunidades bénticas, y fluctuaciones en la composición química del agua, cambios en la estructura de la ribera, pérdida del hábitat y recursos pesqueros, contando que existen similares impactos pueden resultar además del mayor tránsito marítimo y desarrollo de instalaciones por la ribera. La mayor navegabilidad y desarrollo de las instalaciones portuarias aumentará el tránsito marítimo y a la vez el riesgo de derrames y descargas de sentina aceitosa, lastre, materiales contra el atascamiento y aguas servidas.
El aumento en el desarrollo de la zona playera contribuirá además al estrés en el sistema acuático receptor mediante las descargas puntuales de aguas servidas, aguas de procesamiento y enfriamiento, y liberaciones accidentales. Esto es precisamente lo que podemos estar registrando en nuestro canal de acceso al muelle departamental, diagnostico que la misma Corporación Ambiental Coralina reveló en un reciente reporte compartido con este servidor y que llevaron a que realizara este comentario.
De modo que es necesario que al hacer ejercicio de dragado se hagan al tiempo los estudios necesarios para establecer los efectos ambientales de modo que no vivamos la experiencia que estamos registrando en nuestro valioso y siempre apreciado canal de acceso al muelle.
Un canal de acceso tan vital como nuestro arrecife coralino, que requiere de la conservación de las entidades nacionales y departamentales de modo que el desarrollo económico no resulte lesivo para nuestro frágil ecosistema insular.