El ciudadano está invitado a ejercer el derecho democrático este 9 de marzo para elegir a sus nuevos representantes a la Cámara y al Senado, donde se espera que sean unas elecciones legitimas sin ninguna clase de abuso.
El Ministerio del Interior y la Registraduría Nacional apunta que estas elecciones serán las más transparentes pues implementará innovaciones tecnológicas como la biometría, pero esta no controla la compra de votos horas antes de las elecciones.
La posible compra de votos que se puede realizar ya se está evidenciando en las calles de la isla muy disimulado o con estrategias de algunos líderes políticos que se acercan a sus conocidos informándole sobre la mecánica del proceso electoral la que no cambia en nada para ellos, puesto que saben cuál es su ofrecimiento y a quienes le tienen que llegar.
A escasos días para que se lleven a cabo las elecciones para Senado, Cámara y las consultas de partidos, algunos de los políticos aprovechan para ultimar detalles en la ‘popular’ -aunque ilegal- compra de votos.
Esta actividad, que no es nueva en Colombia, ha sido el ‘talón de Aquiles’ de muchos candidatos que llegan a pagar cientos de miles de pesos por alcanzar la anhelada curul y que, en algunos casos, luego se ven involucrados en escándalos relacionados con la legitimidad de su elección.
Conocedores del tema afirman que en algunos municipios del país los ciudadanos aceptan desde bultos de cemento hasta el popular ‘TLC’: Tamal, Lechona y Cerveza por marcar en el tarjetón el nombre de los candidatos.
Los sanandresanos están aceptando que estos politiqueros compren su conciencia y su bienestar por unos simples cincuenta mil pesos, no analizando que es mejor votar a conciencia y no arrepentirse cuando observan que por el que votaron no está haciendo nada por el Departamento solamente se está lucrando y firmando proyectos para su beneficio propios.