Por Mafer Hernández.
Fui criada en Barranquilla en medio de una familia de artesanos. A menudo viajábamos a la Guajira para adquirir una gran variedad de tejidos elaborados por indígenas Wayúu, con los que se trabajaban las piezas de nuestra empresa familiar. En esos viajes, no solo se entabló una relación comercial, sino también una relación de hermandad que permaneció por muchas décadas.
Esos recuerdos de la Guajira me generan enorme tristeza, se me hace imposible ser testigo de la degradación de un pueblo y cultura de grandes riquezas, debido a la mala y desinteresada gestión de un Gobierno.
Los Wayúu son el pueblo indígena más numeroso de Venezuela y de Colombia; representan cerca del 11% de la población del estado Zulia y cerca del 45% de la población del departamento de La Guajira. Aún así están en el olvido.
En La Guajira colombiana más de 14.000 niños han muerto por desnutrición. Debido a la explotación minera y la modificación del cauce del Río Ranchería como recurso principal para la explotación de carbón del Cerrejón.Dejando seca la zona de cultivos para este pueblo.
Hay niños que mueren todos los días, es por esto que pido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que exijan al Gobierno de Colombia, atención médica y alimentaria inmediata a todos los niños Wayúus, de 0 a 12 años un plan alimentario donde estén suplidas las comidas diarias de una manera balanceada, por ejemplo que tengan bienestarina, frutas, pescado, semillas, una alimentación de acuerdo a las necesidades de la edad de los niños.
Necesitamos salvar y cuidar a las comunidades más emblemáticas de nuestro país; si no seremos testigos del exterminio más cruel e inhumano.
Como ciudadanos, seres humanos, y habitantes de este planeta, no podemos permitir ser testigos de otra extinción más. Hago un llamado a todos los colombianos, a la comunidad internacional, exijamos al Gobierno y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a que busquen soluciones inmediatas.