Que la multinacional de televisión satelital DirecTV se quiera ir de San Andrés no debería molestarnos mayor cosa. Su lógica comercial y empresarial le concede patente para decidir salir de ese mercado cuando a bien tenga.
Sin embargo siendo concesionario del Estado colombiano desde el año 1997 para prestar su servicio a todas las personas en el territorio nacional y por mediar una relación contractual con la Nación no debería resultarles así de fácil que salgan cuando les dé la gana sin garantizar la prestación de un servicio que no se le niega a ningún colombiano, salvo a los del archipiélago de San Andrés y Providencia.
Y lo menos que se debería esperar de la Autoridad Nacional de Televisión es su intervención oportuna no para darle la razón alegremente a DirecTV, así ella parezca legitima, si no para exigirle que en virtud de la concesión otorgada para operar en nuestro país, debería garantizar al archipiélago la prestación de un servicio con el cual también se ejerce soberanía.
Analizado así el tema parece un asunto de lógica comercial, de interés empresarial y hasta de relaciones políticas con la región.
Pero cuando el asunto pasa por la explicación técnica de la compañía sobre las razones por las cuales debe suspender operaciones para el archipiélago de San Andrés y Providencia , no deja de ser una absoluta vergüenza para una compañía de telecomunicaciones con mucho pergamino en el campo, decir que no tiene capacidad para bajar la señal del satélite en un punto equis de la geografía mundial, porque eso demuestra que ese prestigio de multinacional de televisión satelital no es tan universal y eficaz como se creía.
Pareciera que por razones de una “infortunada” ubicación geográfica de las islas, respecto del espacio sideral, los satélites de DirecTV no tienen probabilidades de éxito para bajar la señal en nuestro territorio, y este gigante de las telecomunicaciones satelitales se declara fracasado tecnológicamente hablando, con San Andrés y Providencia, que al parecer les quedaron muy grande. Curioso que desde hace más de 25 años cuando aparecieron los satélites Intelsat, las cadenas RCN y Caracol Radio enlacen sus emisoras locales con la cadena nacional vía satélite sin que se presenten problemas de señal, salvo en los periodos de equinoccio en el mes de septiembre por cuestión de segundos.
Y como todas las opciones tecnológicas planteadas por DirecTV, -según el decir de sus propios directivos.- fracasaron, llama poderosamente la atención que la alternativa de señal por cable de fibra óptica operada por Sol Cable, fue desechada por que le resultaba muy costosa. Raro que mientras Sol Cable que es una compañía local sin el musculo financiero de DirecTV si pueda operar en cable de fibra óptica para suministrar servicios de internet y algo de televisión, pero el monstruo que es DirecTV no tiene la capacidad para sostenerse en las islas.
Lo cierto es que lo de esta compañía de televisión satelital parece más una excusa que argumentos o justificaciones válidas para seguir manteniendo un servicio a una parte muy importante de la geografía colombiana, cuya posición geoestratégica, más los conflictos limítrofes que enfrenta, la convierten en un elemento muy importante para la Nación colombiana, pero que por no representarle mayor cantidad de dividendos a DirecTV, simplemente la sacan de la “parrilla”.
En todo caso ya que la compañía decidió salir de las islas, que asuma su propio fracaso porque le quedaron grandes unas islitas pequeñas en el Caribe a donde según el decir de ellos mismos no pudieron llevar la señal televisiva por sus propias limitaciones tecnológicas, no obstante las grandes tecnologías que hoy abundan y que si les han permitido a otras compañías más pequeñas llevarnos toda suerte de comunicaciones a costos razonables.