(Foto ilustración-tomada de Internet) El bochornoso caso ocurrió en ‘Los Arrecifes’. La sola condición de mujer, o mal llamadas personas del sexo débil, deja, de por si en desventaja a las mujeres sobre los hombres, máxime si se trata de asuntos sexuales. Peor aún si se es una ‘prostituta’ y se le reduce a una mayor impotencia o condición denigrante o humillante si quien ejerce el dominio sobre éstas es un miembro de la autoridad o un poderoso ‘traqueto’. Es en ese escenario donde a algunas de estas mujeres les toca ejercer su actividad laboral nada fácil ni meritoria.
Y en este episodio lo más seguro es que sea la infortunada mujer la que termine perdiendo, porque quizás a su establecimiento no le convenga un conflicto con “la autoridad del orden”, ni mucho menos el escándalo público.
Pues bien, en las últimas horas ha trascendido a la luz pública un caso de presunto abuso sexual en San Andrés, de parte de un insatisfecho “macho” policial que al sentir que no había saciado su voraz apetito sexual con el servicio pagado que le había prestado la meretriz, el uniformado pareció haber enloquecido después del acto normal y forzó a la joven mujer a un ‘extra tiempo’ violento, denigrante y abusivo.
En la madrugada del pasado viernes, el agente Juan Rodríguez * (nombre ficticio), acordó con Janet * (nombre ficticio), una mujer de apenas 21 años, ingresar a una de las habitaciones del establecimiento conocido como ‘Los Arrecifes’, para sostener un eventual encuentro sexual, que es en últimas a lo que se dedican las mujeres que trabajan allí y a lo que van los hombres, especialmente los fines de semana.
Todo parecía normal, solo que media hora después de haber cerrado la puerta del cuarto para dedicarse a ‘lo que vinimos’, alguien tocó para avisar que ya había pasado el tiempo reglamentario y era hora de suspender las pasiones. En ese momento Janet le dijo a su compañero de actividad, “papi se acabó el tiempo, espero que te haya gustado, tan rico, hicimos de todo ¿no?”. Pero se sorprendió al sentir que el agente Juan Rodríguez la tiró sobre la cama, se quitó el preservativo y procedió a violarla de manera salvaje, como un animal, hasta dejarle un pegajoso recuerdo en sus entrañas.
Después todo fue escándalo, llegó la Policía y detuvo al autor de los ignominiosos hechos y a la mujer la llevaron para practicarle los exámenes respectivos, entre ellos el de Sida, por lo que no pudo ni orinar hasta la once de la mañana para no echar a perder las pruebas.
Investigación
El Coronel Haideber Restrepo, informó que en el momento la Fiscalía investiga sobre la responsabilidad del agente, pero aceptó que en efecto, un uniformado de esa institución está involucrado en el acto delictivo y se espera sobre los resultados y desarrollos que tenga esta noticia que merece que sea atendida por expertos y científicos para determinar las causas sicológicas que llevaron al agente a perder su carrera y su estabilidad laboral a cambio de un momento de desequilibrado y corto placer.
Al cierre de esta edición, The Archipiélago Press conoció que la joven mujer, quien no tenía interés en que los hechos trascendieran a la luz pública y menos a la prensa, adelantaba las gestiones del caso para presentar su denuncia ante la Procuraduría para que además ejerza vigilancia sobre la investigación que se adelanta contra el uniformado.