Luis Alberto Torres Álvarez, abogado que pertenece al equipo pedagógico Nacional del Observatorio de Paz, adscrito al Ministerio del Interior.
En la isla de San Andrés se lleva a cabo un conversatorio de paz para analizar un poco la situación que atraviesa el Archipiélago, en cabeza del abogado Luis Alberto Torres Álvarez, quien afirma que el Ministerio del Interior lleva 17 años trabajando en Colombia metodologías de paz como cultura y desde una metodología muy especial que es participativa e innovadora.
Con instrucciones del Ministerio del Interior, el operador es el Observatorio para la Paz los cuales llegan primero a la comunidad, así se convocó a líderes de la comunidad sanandresana para que estén presentes en el conversatorio y así cumplir el objetivo que es volver a recuperar la democracia participativa y la ciudadanía en las organizaciones sociales de base.
Torres Álvarez afirma que lo que se observa en San Andrés islas, es que no está para nada aislado de la Colombia Continental, lo que ocurre aquí es nada más ni menos que las consecuencias de lo que en la academia se llama la cultura mafiosa o la cultura del narcotráfico, esto es desafortunadamente, una manera de vivir y de concebir la economía, la política incluso, desde esta tramposa manera de obtener dinero y que ha generado en la juventud sobre todo y en las personas que tienen menos oportunidades, una ilusión de enriquecimiento ilícito permanente.
Lo que se vive actualmente en San Andrés se ve en todo el país, quizás con mayor énfasis aquí porque es un sitio que su ubicación geográfica y geopolítica es un lugar de paso tanto para cosas buenas como para las malas, toda esta situación se da por la falta de oportunidades, “el privilegiar una visión del dinero por encima del conocimiento que es lo que se vendió en este país en los últimos años ha hecho que nuestros jóvenes pierdan el interés del estudio y de muchas otras cosas”.
Por eso se está viendo un entrecruzamiento de violencias diversas, la metodología que utiliza el conversatorio es trabajar desde la cultura y la pedagogía, el enfoque es que las organizaciones piensen y analicen como están resolviendo sus conflictos familiares, personales y se trabaja en la cotidianidad, es decir como es la relación entre las familias. “Si dentro de los miembros de una familia existen problemas, imagínense fuera del núcleo como va hacer a nivel comunitario, dijo.
Lo importante en el conversatorio es que la comunidad logre adoptar otras maneras de crecer y de realizarse como personas y lejos de la violencia, porque se trabaja la no violencia como acción que es toda una apuesta pedagógica, según el funcionario.