El Gobierno de Managua acusó al de Bogotá de manipulación política del fallo de La Haya, “una manipulación electoral, desconociendo los compromisos (de Colombia) en materia de Derecho Internacional”, según dijo Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.
El gobierno de Nicaragua tomó la palabra a Colombia sobre iniciar un diálogo entre ambos países de cara a un tratado, pero este, según el inconstitucional presidente Daniel Ortega Saavedra, deberá ser para cumplir las disposiciones del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya del 19 de noviembre del 2012.
“Tratado para qué. El único objetivo de un tratado, con una sentencia de la Corte (CIJ), es que se haga cumplir el mandato de la Corte”, dijo Ortega, para quien el contenido de la sentencia es innegociable. “El llamado es a que respaldemos la sentencia de la Corte, es una cuestión de principio elemental. Eso no se somete a discusión ni negociación. Los fallos de la Corte son de obligatorio cumplimiento y lo que debería es haber un respaldo al fallo de la Corte Internacional de Justicia, total”, sentenció Ortega.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el pasado lunes, en un mensaje a la nación, indicó que el fallo de la CIJ es inaplicable y que ello se mantendría hasta tanto no se celebrara un tratado con Nicaragua.
Ortega dijo estar de acuerdo en que haya un diálogo entre ambos gobiernos y que para ello se creen las comisiones correspondientes para trabajar en las negociaciones y que de esas discusiones salga un tratado. Este tratado, según Ortega, deberá permitir una transición entre las delimitaciones antes del fallo de la CIJ y las delimitaciones establecidas en dicha sentencia.
Ortega citó a la canciller colombiana María Ángela Holguín, quien indicó que deseaba conversar con Nicaragua “en camino hacia un tratado, saber cómo ve el presidente (Daniel) Ortega esta posibilidad”. Ante ese planteamiento Ortega recordó que Nicaragua ha manifestado su voluntad de diálogo tanto a Colombia como a Costa Rica, país con el que Nicaragua tiene diferendos territoriales. El tratado, propone Ortega, debe establecer las delimitaciones que ha marcado la Corte en su fallo y que sea respetado por ambos países para en conjunto proteger la Reserva de Biosfera Seaflower.