Por: Daniel Newball H.
Pese a la fobia sembrada durante años por parte del centralismo colombiano en contra de Nicaragua y sus pobladores durante años, y más aún cuando subió al poder el régimen Sandinista, plenamente patrocinado durante la década de los años 70 y 80 por parte del Marxismo-Leninismo imperante en la antigua Unión Soviética, ahora se presenta una situación que podría generar un fenómeno similar al que se generó a principios de siglo en Panamá, país que en ese tiempo construyó su canal interoceánico.
Los nicaragüenses mostraron con orgullo recientemente su proyecto de construcción de un canal interoceánico, la cual tiene una extensión mucho más larga que la panameña, pero con la ventaja de dos lagos de agua dulce que podrían servir de intercomunicador de este proyecto magno, patrocinado, esta vez, por el gobierno chino.
Analistas señalan que un canal interoceánico en Nicaragua de este tipo podría beneficiar a China de la misma manera en que el Canal de Panamá benefició a Estados Unidos a principios del siglo XX, en un momento de agresiva expansión comercial y política y cuando empezaba a emerger como potencia mundial
Se calcula que el proyecto, el mayor en la historia de Nicaragua -y uno de los más grandes en la de América Latina- tendrá un costo de US$40.000 millones.
La empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), con sede en Hong Kong y dirigida por el magnate de las telecomunicaciones chino Wang Jing, ha dicho que podría tener el canal listo en un plazo de diez años. Se indicó que, en lo aprobado, se concede el manejo del canal a la empresa china por 50 años, extendibles a otros 50.
Es de recordar cuantas familias, entre las que puedo contar parte de la mía, se trasladaron hacia Panamá a principios del siglo XX buscando un mejor porvenir, sobre todo en la Zona Libre de Colón, para trabajar en las obras del canal sembrando semillas en dicho país y radicándose de forma permanente en el istmo para más adelante de paulatina regresar hacia la isla de vez en cuando para atender algunos asuntos familiares pendientes.
De hecho, Panamá es un país que se caracteriza por tener una posición geográfica privilegiada y estratégica. Al ser el puente que une América del Sur con América del Norte, el elemento básico de la formación social y económica ha sido la explotación de esta ventaja que, al mismo tiempo, le asigna una función histórica en el tránsito de personas extranjeras y a la que se suma una migración de destino significativa en consideración a la población nativa y el territorio que ocupa que le dotan de un grado considerable de tolerancia, aceptación y asimilación de personas extranjeras.
En ese sentido, la migración de tránsito y destino de personas extranjeras por el territorio está ligado indisolublemente con el proceso constitutivo de la nación y la construcción y explotación del Canal de Panamá y la Zona Libre de Colón a principios del siglo XX, lo que a su vez generó el establecimiento de políticas restrictivas a la migración de determinados grupos nacionales que, en general, tenían una presencia importante en el país.
En 1904 la reapertura de las obras de construcción del Canal de Panamá, por los
Estados Unidos de Norteamérica, así como la escasa población nativa que llevara a cabo las obras del Canal, dieron lugar a la necesidad de importar y contratar mano de obra migrante.
El interrogante radica en el trato que posiblemente los chinos le darán a los nicaragüenses en caso de apoyar de forma directa la construcción de ese canal o que permisividad le podrían dar a mano de obra extranjera para que labore en tan magna obra del cual, se presume, requeriría de una mayor inversión de fuerza laboral que el Canal de Panamá.
Seguramente se requerirá de mucha mano de obra para trabajar y, para ello, se podría necesitar a gente de la isla para trasladarse a ese lugar, una generación nueva y vigorosa que seguramente encontrará una alternativa de empleo diferente al narcotráfico, una actividad que está acabando con nuestra población juvenil.
Es necesario que empecemos a mirar nuestros ojos hacia nuestro vecino que se potencializa como una fuerza importante de crecimiento económico para la región, acompañado de una economía emergente del cual podemos hacernos partícipes en un proceso de migración del cual tenemos experiencia y del cual, seguramente, habrán historias que nos permitirán saber y conocer de primera mano la forma como podremos aprovechar de forma importante este maná incalculable que nos promete este nuevo proyecto histórico.